sábado, 21 de marzo de 2009

Evidencias de represión china en el Tibet


A veces es difícil aceptar lo inevitable. Sabemos que China considera al Tibet como parte de su territorio y desde hace 50 años ha invadido esa nación desplazando a los tibetanos, acabando con su cultura e identidad, aprovechándo que la comunidad internacional no hace nada por defender al Tibet. Sabemos que el Dalai Lama se encuentra en el exilio como muchos tibetanos. Y quienes se quedaron en el Tibet han vivido en carne propia esta situación. A los monjes tibetanos el partido comunista y el gobierno chino les obligan a "re educarse" para dejarlos seguir viviendo en sus templos y los tibetanos están siendo desplazados en todos los sentidos  por familias chinas. El gobierno Chino evita que los extranjeros viajen por esos lugares para que el mundo no se de cuenta lo que sucede en esa zona. Se prohibe que los corresponsales de medios extranjeros vayan, tomen video, fotos, etc. Hay mucha censura. En el 2008 hubo protestas en las calles de Lhasa y la policía china ejerció una intensa represión, tortura y muerte para muchos disidentes, incluyendo monjes. China dijo que habían muerto "algunas"  personas pero el gobierno tibetano en el exilio asegura documentar al menos 220 muertos y 1300 heridos, 5600 arrestados y 1000 "desaparecidos". Todo eso en vísperas de las Olimpiadas del 2008.

Les ofrezco un video que logró trascender las fronteras y que ya no puede ser visto en YouTube pues fue removido por presión de China. Sin embargo está disponible en: http://blip.tv/file/1903244

En el video hay imágenes perturbadoras, pero es necesario que el mundo sea testigo de lo que sucede en ese lugar mostrando como el gobierno chino pisotea los derechos humanos de los habitantes de ese bello país: Tibet.

sábado, 7 de marzo de 2009

Nuevos tiempos


Vaya estrés que genera tanto la crisis económica como la inseguridad imperante en nuestro país. Cada vez es más frecuente conocer personas que han sido testigos de actos violentos y en la medida que pasan los días hay más evidencias de los daños generados por la crisis económica mundial. Ambos fenómenos parecen crecer sin remedio. Ambos incrementan la preocupación de los ciudadanos que, al menos en México, no vislumbramos alguna solución en el corto plazo.

El problema del narcotráfico, la impunidad, la corrupción, la desconfianza en las instituciones crean una mezcla compleja que dificulta su análisis y su solución. ¿En qué acabará todo? ¿Podrá el gobierno federal combatir o al menos reducir el problema de la inseguridad? Mientras la mayoría considere que el gobierno debe acabar con el crimen organizado y no sienta que el problema es de todos, cualquier esfuerzo será en vano. Todos tenemos parte de responsabilidad al dejar que el problema se incremente. La indiferencia social es tan dañina como la corrupción de las autoridades. Cada vez que escucho historias de narcos, contadas más con admiración que con desaprobación, siento que nosotros mismos incentivamos su existencia. Ahora Forbes incluyó al Chapo Guzmán en su lista de millonarios (¿Cómo calcularían su fortuna?). Hasta Florence Cassez, la francesa secuestradora tiene su club de admiradores. Los ciudadanos debemos tomar con seriedad el problema de la violencia y exigir una mayor transparencia de las autoridades encargadas de la seguridad. Estar al tanto de lo que hacen o dejan de hacer y alzar la voz cuando sea necesario. Por su parte, si el Estado realiza acciones contra el crimen organizado pero sin una estrategia que incluya labores de inteligencia y no se ataca debidamente el lavado de dinero, la lucha armada será en vano.

El otro gran desafío es la crisis económica que vivimos y cuyos efectos empiezan a notarse. Aunque hemos sufrido muchas devaluaciones, crisis económicas y políticas, estas se habían originado en México, pero ahora al ser un fenómeno global no hay para donde correr. En las décadas pasadas muchos mexicanos emigraron para buscar mejores oportunidades de trabajo en los Estados Unidos, pero ahora allá también escasea el empleo. En México tenemos una Banca "exitosa" que hasta hoy había reportado jugosas ganancias. Las altas tasas de interés en tarjetas de crédito muestran que estos bancos se han despachado con la cuchara grande bajo la aprobación del gobierno en turno. Pero ahora, con la desaceleración económica que vivimos, se incrementará el desempleo y la cartera vencida. Nadie está a salvo. Vaya tormenta. ¿Quién podrá defendernos?

... tal vez, la creatividad, el sentido común y trabajo, mucho trabajo.