Desde hace mucho tiempo las enfermedades, en particular las infecciosas han sido tema del arte universal, en especial de la pintura. A veces como alegorías; como lecciones de anatomía; como consecuencia de una guerra, etc. La Influenza porcina que apareció en México, me hizo recordar el asunto, sobre todo porque desde el año pasado trabajo en un proyecto llamado "mani_kit" que describo como un simulador de vida artificial que re-construye aleatoriamente un cuerpo. El proyecto se inspira en la antigua y permanente promesa de encontrar solución a la enfermedad y la prolongación de la vida.
En los últimos años he tenido la difícil experiencia de ver a mis seres queridos pasar por hospitales, convalecer y finalmente morir. Primero mi Madre (2005), luego mi hermana Myrna (2007), quien padeció un terrible cáncer y tres meses después del diagnóstico murió. Después mi suegro en mayo, y mi Padre en agosto del 2008. Además de mis dos cuñados, 3 tíos y una prima hermana también en años recientes. En fin, en poco tiempo he visto irse a parte de mi familia, varios de ellos teniendo que afrontar la enfermedad, el hospital y la muerte.
Mani_kit ha sido parte de mi terapia; de mi catarsis. El proyecto sigue en proceso, En estos días de tanto alboroto por la influenza porcina al ver tanta gente con la boca tapada me acordé de una pintura que hice hace unos años en que a un caminante le puse tapabocas. Luego en mani_kit también usé ese aditamento. Por momento pareciera que en mis trabajos hay elementos que luego parecen conectarse con sucesos de la vida cotidiana, como los cuerpos yacentes que pinté hace unos diez años y que ahora son imágenes de todos los días. O la piedra que pinté luego que la recolectara de un
parque cercano a mi casa. Unos meses después sacaron de ese lugar residuos contaminantes y resulta que a mi pintura le había llamado "La evidencia" 1996, esa obra me la premiaron en Arte A.C. y forma parte de su colección. Seguro es mera coincidencia, pero no deja de ser también motivo de preocupación.
parque cercano a mi casa. Unos meses después sacaron de ese lugar residuos contaminantes y resulta que a mi pintura le había llamado "La evidencia" 1996, esa obra me la premiaron en Arte A.C. y forma parte de su colección. Seguro es mera coincidencia, pero no deja de ser también motivo de preocupación.
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